miércoles, 15 de enero de 2014

Cap 13: "Chasing cars." (Persiguiendo autos)

Relata Carina.

Los actores debemos ser flexibles. Debemos ponernos en el lugar de nuestro personaje. Y sabemos que cada vez que nuestro personaje logra superar un obstáculo, hay otro esperándolo, aun mas difícil de superar. Porque como alguien sabio dijo una vez: toda salida, es una entrada a otra parte.

Ya habían pasado 3 meses de que decidimos encarar ese ''algo'' que nos pasaba a mi y a Sebastian. Obviamente, esto no es nada público. Pero tener el coraje de enfrentarlo, es un avance. Nos vemos cuando podemos. En las pausas, en los camarines, algunos fines de semana, etc. Ya conozco a sus hijos, por supuesto. El ya conoce a Manu, también. Pero solo nosotros dos somos testigo de lo que pasa cuando estamos a solas. Es un gran compañero. Y yo, cada vez comienzo a sentirme como antes, cuando era feliz. 

Camarín de Sebastian, 10:40am.

Entre con la esperanza de sorprenderlo, pero su cara me sorprendió a mi. Algo había pasado. Seguramente una discusión con Ivana, así que me dispuse a cambiarle el humor.

-Buen día amor, como amaneciste? -

-Bien, un par de temas con Ivana, pero todo bien.- Su cara hablaba por sí misma, había estado discutiendo con ella.

-Queres hablar?

-La verdad que no, solo...solo quiero estar con vos, si? -se acercó, yo sabía perfectamente que estaba evitando hablar del tema, pero lo dejé. 

Nos besamos, intensamente. Nos empezamos a agitar, y nuestras respiraciones se oían entrecortadas. Cuando al fin hicimos una pausa, nos apoyamos en nuestras frentes, y el susurró: "ya me alegraste el día, ves?" y sonrió. Esa era, probablemente, su primera sonrisa del día, y estaba mas que feliz de haber sido yo quien la provocara. Continuamos con los besos, y le agregamos caricias, parábamos para mirarnos y se podría decir, que nos hacíamos el amor, primero con la mirada, y luego con los cuerpos. De repente, sentí su mano en mi muslo, subiendo y bajando por la falda que usaría mi personaje, mientras yo jugaba con su pelo y le mordía el labio inferior de a ratos. Ya había entrado mas que en calor, pero el sonido de la puerta nos detuvo. 

"Sebasss, a grabar, dale nene apurate!!!" se lo escuchaba decir a Diego. 

Sebastian miro para los costados como buscando algo, tomó su campera y estaba apunto de irse, cuando se volteo, me miró, y cuando abrí la boca para decirle lo tarde que iba a llegar, me calló con un hermoso beso. Se corrió hasta la puerta, y antes de irse, me dedico una sonrisa y un "te amo" susurrado.

Y ahí quedé yo, agitada por el último beso, con una sonrisa en mi boca, y entre medio, palabras que no llegué a decir: "te amo mas".

Salí cuidadosamente del camarín de Sebastian, y lo fui a buscar, quería decirle aquellas palabras que no había llegado a pronunciar, pero no se encontraba en el set. Paré en el bar, todos con cara de ternura miraban el tv colocado en la pared. Quería saber que era lo que tanta ternura les causaba, así que me entre, aún con una sonrisa en mi cara, por lo que había pasado en el camaría hace un rato. Me creía que nada podía opacar esa felicidad que estaba sintiendo. Repito: creía.

Me acerqué al tv, y llegué a leer "la familia feliz" en un programa de chimentos de la tarde. Seguía con mi sonrisa. Hasta que miré la imagen completa. Sebastian, Ivana y los nenes, en un movil en vivo, desde...yo reconocía ese lugar, así que salí corriendo hasta allí. Era en el estacionamiento, cerca de la entrada al set. 

Mientras corría, la sonrisa en mi boca se iba desdibujando, y una ola de desilusión se asomaba en mi cara. 

Chasing cars - Snow Patrol/Grey's Anatomy/Bea Miller.


Lo haremos todo
Cada cosa
Por nosotros mismos

No necesitamos
Nada
Ni nadie


Si me acuesto aquí
Si solo me acuesto aquí
¿Te acostarías conmigo y olvidarías el mundo?

No se bien
Como decir
Como me siento

Esas tres palabras

Se dicen mucho
Ellas no son suficientes

Olvida lo que hemos dicho
Antes de que nos volvamos viejos
muéstrame el jardín que explota dentro de la vida

Perdamos tiempo
Autos persiguiéndose
Alrededor de nuestras cabezas

Necesito tu bendición
Para recordarme
Para encontrarme

Olvida lo que hemos dicho
Antes de que nos volvamos viejos
muéstrame el jardín que explota dentro de la vida

Todo lo que soy
Todo lo que fui
Esta acá en tus ojos perfectos
Ellos son todo lo que puedo ver

No se donde
Confundido sobre el como
Solo se que esas cosas
Nunca cambiaran para nosotros


Y cuando llegué al estacionamiento, simplemente, mi sonrisa se había apagado por completo. Ahí estaba él, que me había besado hace unos segundo, ahora besando a Ivana, con sus hijos y su perfecta "familia feliz". El movil se termina, se puede ver que Sebastian y su "mujer" hablan un par de cosas, y luego ella se lleva a los chicos. Sebastian me ve, y sale corriendo hacia donde estoy yo, pero no le doy oportunidad, me meto a mi camarin rápidamente y cierro con llave.

"Cari, por favor abrí" - se escucha detrás de la puerta.

- Andate Sebastian, dejame sola, no quiero hablar. -digo, sin llorar, solamente enojada.

- Entonces no hablemos, pero déjame verte en serio, por favor. 

- Andate, dale, no jodas.

- Cari...yo te amo. - dijo.

Si, eso dijo. Se tomaba el derecho de volver a repetir esas palabras que yo tanto ansiaba contestar hace unos minutos, pero que ahora solo me hacían mal, me lastimaban. Eso es mucho. Abrí la puerta, me quede callada y solo dije "pasa", queriendo conservar lo poco de dignidad que me quedaba, no discutiendo en medio del pasillo.

-Cari...

- A vos te parece?

- Dejame expli...

- No te voy a dejar decir una mierda, porque no te lo mereces un carajo, me escuchaste? No era que estabas separado? Como era ese cuentito, eh?

- No es lo que parece.

- "No es lo que parece", "yo te puedo explicar", "te amo", no es eso lo que dicen todos? Porque la verdad, te podes ir vos y esas frases bien a la recalcada concha de la lora, Sebastian. Vos entendes lo que pasó? Porque yo todavía no me explico como se puede pasar de estar besandonos en tu camarín, a verte a vos, mostrando tu familia feliz. Y tal vez vos sientas muy poco todo esto, pero a mi me hace mierda. 

- Estamos separados, Cari. Pero...pero...es todo mucho mas complicado de lo que pensas.

-Siempre es complicado, no?

Estaba comenzando a desmoronarme por dentro, pero no me quería permitir volver a caer.

- Ella...ella necesita publicidad. 

-Eh?

- Va a lanzar su propia marca de ropa, y bueno...la familia feliz es la mejor publicidad, por favor, cari, entendeme.

Reí. Era una risa irónica, no sabía que era lo que mas me causaba: la estupidez de la marca de ropa, o lo bizarra que era la situación.

- Yo no lo puedo creer...-dije, atónita.- Al final, lo que me estás queriendo decir, es que terminaste siendo un dominado mas del espectáculo, no?

-Cari...

-No, cari nada. Y qué? Tienen que vivir juntos, supongo...no?

Bajó su cabeza, y dijo: "si..."

- Quiero que me respondas una pregunta, Sebastian. Qué pasa si te volves a enamorar de ella?

-Que?

- Si te volves a enamorar. Qué pasa? Porque vos y yo sabemos lo enamorado que estabas de ella, y lo mal que la pasaste durante la separación. 

-Carina, yo no....no...- bajó la cabeza.

Su duda fue la última daga en el medio de mi pecho, así que mas que desilusionada, abrí la puerta para irme. Era claro: la mano que causa el daño, jamás curará la herida.

-Cari...pará. -dijo.

- No te quiero volver a ver en mi vida, Sebastian. Me oíste? En mi vi-da.


Salí, sequé una lagrima que amenazaba con salir, y me retiré a mi casa con la excusa de intenso dolor de cabeza.

Llegué y dediqué todo el día a mi hijo, cociné, limpié toda mi casa, y me quedó tiempo para entrar a twitter y contestar un par de tweets. Pero a pesar de mis esfuerzos para no pensar, al final del día cuando todo lo que queda es acostarse y dormir, lo único que hago es pensar y pensar. Y desear, poder llegar a tener la suerte....de olvidar.


En la vida sólo hay algo seguro, a parte de la muerte y los impuestos, por mucho que te esfuerces, por buenas que sean tus intenciones: cometerás errores, harás daño, te lo harán a ti y si quieres recuperarte sólo puedes decir una cosa: te perdono. Perdonar y olvidar, es lo que dicen. Es un buen consejo, pero no es muy práctico. Cuando alguien nos hiere deseamos herirle. Cuando alguien nos trata mal queremos tener razón. Sin perdón las cuentas pendientes no se saldan, las viejas heridas no cicatrizan. Lo máximo que podemos esperar es que algún día tengamos la suerte de olvidar.” - Grey's Anatomy.

martes, 8 de octubre de 2013

"Heridas que no sanan."

Hace un tiempo preparé este corto, y la verdad que me gustaría compartirlo con ustedes. Siempre son bienvenidos los comentarios o críticas constructivas. Espero que les guste.


....

Cielo era una sonriente mujer de 27 años. Estaba comprometida con Esteban, y planeaban casarse el siguiente año. La joven amaba lo que hacía: era maestra de 3er grado de primaria, y tenia un eterno amor a sus alumnos. Siempre llegaba al salón con una sonrisa en el rostro, y algo nuevo para los pequeños: desde golosinas, hasta excursiones sorpresa. Era simpática, bonita, siempre estaba dispuesta a ayudar y derrochaba luz por cada lugar que pasaba.
Sus compañeros la adoraban, especialmente Daniel, con quien tenia una hermosa amistad. Daniel, estaba de viaje. Había ido a recorrer USA, y volvería dentro de un mes.
Un sábado como cualquier otro, Cielo estaba cocinando, hasta que recibió un llamado que dio comienzo a un vuelco de 180º en su vida. Eran los compañeros de Esteban, que le pedían que va vaya ya que él no se sentía del todo bien. La voz en el teléfono la alarmó, ya que sonaba preocupante. Pero prefirió no preocuparse. Tal vez solo se sentía descompuesto por algo que le había caído mal. Nada grave...(¿nada grave?)

Cuando llegó al despacho (su novio era abogado) vió a mucha gente en el piso, al rededor de lo que parecía ser una persona, en ese momento, pudo sentir como un balde de agua fría caía de repente sobre ella y le indicaba que, definitivamente, no era algo ''levemente grave''. Solo atinó a correr hasta donde se encontraba la gente, y al ver la cara del su futuro prometido en el piso y un para-médico a su lado sintió como parte de su mundo, se iba desvaneciendo pedazo a pedazo. 


-¿que le pasó? ¿por qué esta desmayado? - pregunto con total inocencia, en medio de sollozos, pero no lloraba. Tal vez, porque aun esperaba que le dijeran que era un tema ''nada grave''.


Ella no imagina lo que el para-medico iba a responderle, y no tenía ni la mas pálida idea de que iba a ser una de las noticias mas feas que le tocara vivir.

Para-médico: Él no esta desmayado...él....está muerto. -dijo bajando la mirada.


Su mundo, ese que venía cayéndose pedazo a pedazo, se derrumbó inmediatamente. Cielo, miró a su novio, y le tocó la mano. Solo una lágrima cayó por su mejilla, y seguido de eso, ella se levanto y fue afuera. Necesitaba respirar. Una vez afuera, recordó desde el día en que lo conoció. Tenían una historia muy especial. Ambos, tomaban el mismo micro, para ir al trabajo. Se habían visto mas de cien veces, pero ninguno se animaba a hablarse. Hasta que, un día, Esteban vió a Cielo escuchando con sus auriculares, uno de sus temas favoritos. Ellos, sin saberlo, compartían el mismo gusto por la música. Ese día viajaron charlando, en el tercer asiento del micro. Así se fue repitiendo un par de viajes mas. Cada uno sabía del otro, cosas que tal vez nadie sabía. Y ahí, finalmente, Esteban la invitó a salir. 


Cielo, aún afuera y a pesar del ruido de la calle, escuchaba sonar en su mente, la canción que estaba escuchando el mismo día que se conocieron. La canción que originó todo: Stay, de Rihanna. No lloró, el shock era demasiado fuerte.


Su futuro marido, su amado, el amor de su vida, había sufrido un paro cardio-respiratorio, y había fallecido. Así de simple. Él, la persona mas sana del mundo, se había ido. Y para siempre. ¿Cómo podía ser posible?


Ese dia fue gris. En realidad, estaba soleado, la gente reía, cantaba, saltaba y las plazas estaban llenas de niños. Pero, para ella nada era feliz. Todo era gris. Todo era triste. Todo estaba mal.


Ese sábado y el domingo siguiente, durmió en casa de su madre. No tuvo valor, para pasar la noche en su casa, esa casa que acababan de comprar con Esteban. Esa casa, que le recordaba a él y todo lo que ya no podrían hacer. Esa casa, que era la imagen viva del futuro que TANTO habían planeado, y se había marchado como si nada. El domingo terminarían los papeles de la autopsia y el lunes a partir de las 18hs y hasta las 18hs del martes, seria el velatorio.


Cielo a penas había derramado un par de lágrimas, su mente seguía en shock. Podría haber pedido licencia en su trabajo, pero decidió ir, por una cuestión que ni ella puede explicar. Tal vez, el shock no le permitió cortar con sus actividades, con su rutina. 

Se presentó en su trabajo, con una sonrisa diferente. Una sonrisa que fingía un ''estoy bien''. Una sonrisa rota, de esas que no es necesario mirar dos veces para entender que es fingida. Ninguno de sus compañeros dijo nada, pero ella comprendió todo, ya que ese día le pidieron que no entre al salón, y la dejaron de ''secretaria'' acomodando un par de papeles. 


El día fue transcurriendo, y antes de irse del colegio, Cielo pasó por la sala de profesores a tomar sus cosas. Y ahí estaba su compañera de laburo y mejor amiga, sentada como si la hubiera estado esperando. Ella se llamaba Natalia, y hace 7 años, mantenía una unida amistad con Cielo.


-Vení, cielo. Sentate. Quiero hablar con vos. -dijo con su famosa taza de café en la mano. 

Cielo se sentó y escuchó a su amiga.
-Y vos...? Como estas? Como te sentís?
-estoy....bien....bien. -dijo tratando de fingir una sonrisa, pero su amiga la conocía y podía ver a través de sus ojos, donde verdaderamente se podía ver su dolor.- dijo cielo respirando tan profundamente como podía.
-La vida nos golpea, sabías? Y nos golpea muy fuerte. Nos golpea duro en nuestro punto débil. No es cierto que la vida es bella. La vida es cruel. Pero a veces podes cruzarte con personas que hacen de tu vida una belleza. La vida, es esa que esta esperando que nos rindamos. Nosotros tenemos que tener el suficiente valor para levantarnos, y hacerle frente.Y vos tenes mucho de ese valor. Yo, la verdad, que lamento mucho lo de Este...

Cielo no la dejó terminar. Se había cansado de escuchar como todos se lamentaban, cuando realmente no entendían en lo mas mínimo el dolor que ella estaba pasando en su interior. Porque, la peor parte de hacerse la fuerte, es que nadie se toma el tiempo para ver si realmente estamos bien. 


-bueno, basta, ya esta. No necesito escuchar como todos se lamentan. -dijo, y se quiso levantar, para irse, pero por accidente, tiró la taza de Natalia. - pero la puta madre!! - cielo se levanto a tomar la taza, hecha pedazos.

-deja, deja, yo te ayudo. - dijo queriendo ayudarla.

Y ahí, Cielo explotó.

-No!! Basta de tenerme lástima!! Hoy todos me miran, y se callan. Hoy todos me tratan de pelotuda. Hoy me dejan en el puesto de la boluda que junta papeles!! Hoy todos fingen entenderme y no, no me entienden un carajo. Porque mientras ahora puedo estar sonriendo, estoy hecha mierda. Hoy todos están esperando que rompa todo, que grite o que llora, quizás  Y no, no voy a cumplir con el papel que quieren que haga. Yo no soy así y no me reconozco de esa manera. 

Cielo se marchó, dejando atónita a su mejor amiga, que pocas veces la había visto reaccionar de esa manera. Cuando Cielo subió a su auto, acomodo el espejo y se miró en él. No se reconoció. Una parte de ella se había marchado, y no volvería. Ella ya no era la misma. 


Llegó al velatorio de Esteban, y pasó toda la noche allì. Su madre le hizo compañía. A la media noche, cuando solo quedaban su madre y ella, Cielo prendió su celular y escuchó uno de sus mensajes de voz.


''Hola Cielito, soy yo, Daniel. Nati me contó lo que pasó con Esteban. Te conozco, y no voy a fingir que te entiendo, porque no me serviría de nada a mi, ni a vos. Solamente, quiero que sepas que siempre vas a poder contar conmigo. Sos una guerrera, y vas a salir adelante. Con o sin ayuda. Ahora tenes un ángel. No te das una idea de lo que me gustaría estar ahí para abrazarte, pero los aviones están parados por la lluvia que hay acá. No es necesario que respondas este mensaje, no tenes que decir nada. Me basta con saber que lo escucharte, y que tal vez por un momento, te sentiste un poco mas acompañada. Te mando una abrazo enorme a la distancia, te quiero mucho.''


Ese mensaje la hizo reaccionar. Su amigo, la estaba haciendo caer en la realidad: Esteban se había ido y no iba a volver. Su madre oyó el mensaje y quiso consolar a tu hija.

-Hija...estoy con vos, siempre. Esteban siempre va a estar...

-Es que no entendés, mamá!! Nadie entiende!! Él era mi amor, era una persona llena de luz, de vida. Hace unos día estábamos hablando del casamiento y hoy, ya no esta. ¿Como se vive con eso? Él era el que sostenía mi mano en los momentos difíciles, él tendría que estar consolándome ahora...

Eso dijo y se largó a llorar. Su madre la abrazaba, y ella tenia a su prometido a unos metros, a cajón abierto  Pudo descargar, finalmente, todo lo que necesitaba desahogar. Lo lloró, lo lloró como no lo había hecho hasta ahora. Lo lloró hasta vaciarse de lagrimas, hasta que sus lágrimas ya no salían y solo se escuchaban sus sollozos.


Los siguientes días fueron lo peor. Sus días venía en decadencia, su sonrisa no era la misma y ella había sido reemplazada por un robot: hacia su trabajo, volvía y dormía. Una vida, vacía de vida y llena de dolor.  


Sus últimas noches se habían convertido en un calvario, ella no podía dormir, ya que cuando se acostaba, veía como Esteban llegaba, se sentaba a los pies de su cama y la observaba. Hasta ahora, no sé había animado a hablarle, pero una noche, la curiosidad mató al gato.


*Acostada en su cama*


Cielo se sienta, en la cama, y habla.

-¿Que querés? ¿Para que venís todas las santas noches?
Fantasma de Esteban: Al fin me hablas...
-¿Me podes decir a que venís?
Fantasma de Esteban: Yo también me alegro de verte, ehh.
-Sabes que pasa? Sos VOS el que se fue, y me dejó sola. Ahora mismo me cuestiono por que no salto encima tuyo y te beso. Hasta pensé en el suicidio. Cualquier cosa por estar con vos, mi amor. Pero después de experimentar el GRAN dolor que se siente, perder a alguien tan cercano, no me puedo permitir que mis seres queridos pasen por eso.  Y te juro que los primeros días hubiera dado cualquier cosa por volver a verte, pero ahora, es como que se que nada de lo que haga, va a cumplir con todas mis expectativas. ''Dejalo ir'' me vienen diciendo. Y no entiendo como una persona puede dejar ir a alguien que ama tanto. Pero ahora, y en especial estas noches, comprendo que tal vez sería lo mejor. Porque no tenes una idea de lo que vengo sufriendo, sintiéndote cada noche tan cerca y sabiendo que estas tan lejos.
Fantasma de Esteban: *la mira unos segundos* ......sabes que estaría bueno? que mañana no te hagas la vaga, y camines a la parada y vuelvas a tomar el micro. ESE micro.

Cielo ya no entendía nada, estaba totalmente perdida. Y tal vez un poco indignada: acababa de confesarle sus sentimientos mas profundos a un fantasma, y este le respondía con incoherencias. Pero a pesar de no entender mucho, al otro día decidió cancelar el remis que siempre la llevaba al colegio, y caminó hacia la parada. Se puso sus auriculares, en modo aleatorio y con cada paso que daba, podía sentir y ver a Esteban, caminando a su lado. Al llegar a la parada, el micro que debía tomar (y en el que se habían conocido con Esteban) se encontraba parado, como si la estuviera esperando. El chofer le abrió la puerta, y ella entró. Pero al sentir que Esteban no entraba, miró hacia él, con cara de intriga. ''No, yo hasta acá llegué. No tengo monedas.'' dijo, sonriendo. Cielo sonrió y entró. No le dio demasiada importancia a ese comentario, ya que al ser un ''fantasma'' creado, según ella, por su mente creía que lo volvería a ver durante la noche. 


Cielo terminó de colocar la última moneda, e increíblemente, comenzó a sonar ''stay'' de rihanna, como la primera vez. Eso la sorprendió completamente, ya que el modo de su reproductor MP3 era aleatorio. En ese momento, escucho que alguien del micro gritaba su nombre: ''¡Cielito!" escuchó y reconoció esa voz. Dirigió su mirada a la dirección de la cual venía ese grito y confirmó sus sospechas. Era Daniel, con su enorme mochila y su valija, que acababa de llegar de USA. Cielo lo vio, y sonrió. Sonrió como lo hacia antes, sonrió verdaderamente. Ni ella lo podía creer. Por primera vez, en mucho tiempo, estaba....sonriendo. Con ''stay'' aun sonando en sus auriculares, ella corrió a abrazar a Dani. Él también estaba muy feliz de verla. Todos en el micro contemplaban esa escena, como si fuera de película.


El micro arrancó, y en ese momento, abrazada a Daniel, en el lugar en el cual se inició todo, y escuchando ''stay'' como la primera vez, vió como se alejaba de la parada, donde se encontraba aún, Esteban. Ahí entiendió todo. Entendió cual era su destino, y el por qué su prometido muerto, insistía tanto en que tomara el micro justo ese día. La última imagen que Cielo pudo ver de Esteban (y la cual lleva guardada en lo mas profundo de su ser) es él, en la parada, haciéndose pequeño a medida que el micro avanzaba, lanzándole un beso, y saludando con su mano. Esa expresión en su cara, le indicaba que él también estaba feliz. Estaba tan feliz, como un niño que había cumplido con su propósito.


De mas está decir que ese día, Daniel y Cielo se sentaron el el tercer asiento. Actualmente, Cielito y Dani, festejan su tercer aniversario de casados. 


Y si, es cierto que Cielo aún se estremece al hablar de Esteban, es cierto que aún lo ama, y también que aún lo extraña. Es cierto que fue mucho lo que le costó animarse a encarar una nueva relación. Es cierto, que aún siente el miedo de no volver a ver a Daniel, cada vez que éste se va a trabajar. No les voy a mentir, no es mi intención. Hay dolores de los que uno nunca se recupera. Pero, a medida que pasa el tiempo, aparecen personas que sanan nuestras heridas, las tapan, y por momentos, nos hacen olvidar que las heridas se encuentran allí, aún, a carne viva.


El dolor de perder a un ser tan querido nunca se va. Al contrario, uno aprende a vivir con ese dolor. Y sigue. Sigue en pie por todas y cada una de las personas que ama, y que están ahí, para tapar nuestras heridas.

Capitulo 12: "El regreso"

Introducción, relatada por Carina.

A menudo nos preguntamos qué es la vida. Nos convencemos de que es eso que vemos pasar cada minuto, cada segundo. Nos crían haciéndonos saber que no hay tiempo para pensar, porque el tiempo pasa constantemente. Nos enseñan a arriesgarnos. Pero nunca nos enseñar a cómo levantarnos.  Es decir, después de una soledad inmensa...es posible encontrar la luz en la oscuridad? Es posible regresar? 
Pues, este, es mi regreso. Estoy percibiendo todo esto desde un lugar mejor. Estoy viva. Sigo viva, y por primera vez en mucho tiempo, me levanto con la sensación de que hay una gran posibilidad de que me esté enamorando. Y ya no tengo miedo a eso.

...

Me levanté, entre las sabanas blancas de la habitación de Sebastian,  con los rayos del sol, atravesando la ventana y rogándole al corazón, que si este es un sueño, no me deje abrir los ojos. Siento su pecho y su respiración muy cerca, y me doy vuelta. Estaba a mi lado, con los ojos abiertos y mirándome. Recién ahí me preocupe por mi apariencia y me sonrojé.

-Buenos días, hermosa- me dijo con una sonrisa mañanera muy propia de él.
-Buenos días....-sonreí, no sabía que mas hacer- hace mucho estas despierto?
-Lo suficiente como para levantarme, prepararte un rico desayuno y volver para ver como dormis.

Sonreí aún mas, estaba realmente hambrienta.

-Sabías que cuando dormís se te ponen tiernas las mejillas y entrecerras los ojos de una manera muy dulce?- dijo.

¿como no morir de amor?

-Nos levantamos detallistas?
-No, detallista no. Me levanté enamorado. 
-Donde estuviste todo este tiempo? Por que no te ví antes? Y el año pasado?
-No nos vimos antes, porque nos teníamos que ver ahora...desayunamos?

Me levante, me cambié en el baño, y volví a la cocina, donde estaba Sebastian desayunando. Fui hasta la mesada para alcanzar mi café, y a decir verdad, estaba un poco tensa.

- Estas bien? -dijo Sebas, desde la mesa.

 Me di vuelta, apoyada en la mesada y el se acercó a mi.

-No pasa nada, es que hace tanto tiempo que no hago esto....bueno, que ya no sé como es levantarse, ni que hay que decir o que se hace en una situación como esta.

Me miró tierno y agregó:

-¿Que se hace? Y...no sé, esto, tal vez. -dijo, tomándome de la cintura y acercándome a él, a la vez que me besaba de la manera mas dulce que se podía. Luego, se fue apartando de mi, dando pequeños besos entrecortados.- Ahora si, buenos días, Zampini.

Reí, verdaderamente tenia la capacidad de mejorar mi día en dos segundos.

-Buenos días, Sr Estevanez.

Nos acomodamos y comenzamos a desayunar. Desayunamos entre risas, chistes, juegos y muchos besos. Era domingo por la mañana, y nada podía ser mejor.


Relata Sebastian.

Si me pidieran definir felicidad en una palabra, diría AHORA. Todos dicen que nacemos, nos enamoramos y morimos. Yo no creo que sea así. A mi parecer, cuando nacemos, estamos muertos. Como si estuviéramos respirando sin ninguna razón en particular. Encontramos esa razón cuando nos enamoramos, y justo ahí, nacemos y comenzamos a vivir. Solo nosotros podemos elegir vivir amando, como solo muy pocos saben hacer, o arriesgarnos a amar viviendo. 
Cuando era muy chico, mi abuelo, que en paz descanse, me contó que cuando él era pequeño, su padre le había regalado una bicicleta. Su primer bicicleta. Él, emocionado por usarla y parecer mas grande, la tomó y luego de andar un par de cuadras, comenzó a sacarle ambas rueditas. Su padre, que lo observaba desde el jardín, le dijo que solo sacara una, pero mi abuelo no lo escucho y desesperado por crecer, sacó las dos al mismo tiempo. Obviamente, se pegó el palo de su vida. Pero aprendió que las cosas se hacen con lentitud, y todo llega a su tiempo. 
Yo crecí pensando esa historia, y convenciéndome de que no cometería el mismo error que mi abuelo. Todo en mi vida fue a su debido tiempo y me percaté de que cada cosa estuviera en su lugar. Creí que eso era lo correcto, o al menos hasta hace un par de años, cuando mi abuelo, en su lecho de muerte, pidió verme y me dio el mejor consejo que alguien pudiera haberme dado. Dijo: "Hijo mio, arriésgate a vivir y sacale las dos ruedas a tu vida. Que no importan cuantas heridas te queden de las caídas  las heridas sanan y las cicatrices son símbolos de guerra, de cada una vas a aprender algo mucho mas valioso de lo que puedas aprender, viviendo con cuidado." Y tenía razón, no se equivocó en nada. Hoy estoy dispuesto a vivir como tenga que vivir, sin pensar en el mañana pero planeando las cosas que me quedan por hacer. 
Tal vez es eso lo que mas me atrae de Carina, que tiene la capacidad de mostrarme las dos caras de la vida: la vida con rueditas y la vida sin rueditas. A su lado me siento viviendo sin rueditas, sin miedos, pero tengo la seguridad de que estamos haciendo las cosas a su debido tiempo y disfrutando de cada momento.

...

Luego de desayunar, Carina llamó a Manuel, quien le confirmó que se quedaba con el padre y él lo llevaba al cole el lunes. LA cara de Carina, cuando habla con su hijo, es tremendamente hermosa. 

Habíamos terminado de "almuerzayunar" (eran las 12 del mediodía  así que le ofrecí pedir helado y ver unas pelis, hasta que se hiciera mas de noche, ya que veían Fran y Beni a quedarse conmigo. 

Nos acomodamos en el sillón, nos tapamos con una frazada y vimos las pelis. Reímos mucho. Demasiado. Y cuando por fin terminamos de ver la segunda película, nos quedamos charlando de todo un poco...hasta que llegó la pregunta.

-Que vamos a hacer? Porque....vos sabes que tenemos un contrato firmado, no? Nos pasamos todo el año pasado negando que pasaba algo entre nosotros, y ahora pasa esto?


"A veces lo mas difícil no es dejarlo ir,
sino mas bien, aprender a empezar de nuevo." -Nicole Sobon.





martes, 23 de julio de 2013

Capítulo 11: ''Hacer-té.''

Relata Carina.

Al otro día...

Al otro día, la tenía a Ana sentada en mi sillón. Si, fue ella quien me despertó, pidiendo que le cuente todos los detalles de anoche. Eso hice.

A: lo llamaste al morocho para confirmar la cita? vos? Carina Zampini? por dios....que hiciste con mi amiga?
C: jajaja, no séas tarada, queres?
A: bueno, y? como te sentis?
C: rara...
A: eso es bueno.
C: Hace mucho que no salgo con alguien, y no sé que va a pasar esta noche.
A: vos y yo sabemos MUY  bien lo que va a pasar -dijo, con un doble sentido que podía notarse a diez millas a la redonda.

Eran las 20hs y a las 21 debía estar en lo de Sebas. Elegí ponerme un jean ajustado, y una remera que se traslucía, color azul. Pelo suelto, o cual me resultaba mas cómodo.

21hs.


Toqué la puerta de la casa de Sebastian, confiada y segura. Esa seguridad se desvaneció cuando él abrió la puerta. me había pasado toda la tarde, pensando en qué decir cuando lo viera, y podría decir que se me habían ocurrido diálogos geniales....pero claro, en ese momento ni una palabra se me venía a la mente.


C: hola...

S: hola - me miró de arriba a abajo y pude sentir, como mi cara se tornaba con miles de colores diferentes. - Estas hermosa. -sonrió.

Su sonrisa me hizo reaccionar: estaba con una de las personas que mas me conocía, que me había acompañando en los últimos años de mi vida. Él era...casi mi mejor amigo. Y digo ''casi'' porque no recuerdo que los mejores amigos se besen de esa manera. En fin, su sonrisa me trajo calma y tranquilidad. Cuando pasé, me senti como en casa. Ya conocía su departamente, así que lo primero que hice al entrar, fue comentarle lo hermosa que estaban las fotos nuevas, que había colocado en la entrada. Era él, con sus hijos y una sonrisa enorme dibujada en su cara.


S: si, son de ayer. Aprovechamos que estaba lindo y nos fuimos a la plaza.


Me gustaría preguntarle muchas cosas, pero no quería ponerlo incómodo. Era sobre un tema personal. Aunque despues de todo lo que pasó entre nosotros, creo que hasta yo formo parte de su vida personal. Sebastian estaba destapando un vino que parecía ser prometedor, y notó que me mordía la lengua, para no decir algo:


S: podes preguntarme lo que quieras, ehh. Quiero que esté todo claro para vos.


Titubé unos segundos y pregunté


C: Las cosas con Ivana todo bien?

S: podrían estar mejor, pero están bastante bien. Mientras me deje ver a los nenes, esta todo bien. Vos con pablo? -me invitó a sentarme y comenzamos a comer.
C: bien, mejor que antes, diría.
S: paso algo en especial?
C: las cosas estan mas claras, es eso. 
S: y vos estas bien?
C: si, la verdad que si.
S: bueno, entonces esta todo bien.
C: y vos? como te sentis con tu vida de soltero?
S: sin ganas de estar soltero por mucho tiempo...-me miró, desafiante. Por inercia, bajé la mirada y sonreí picaramente.

Mitad comimos, mitad histeriqueamos. Cuando quisimos darnos cuenta, ya habíamos terminado de comer, y nos encontrábamos parados, apoyados en la barra del departamento de Sebastian. Obviamente, con una copa de vino en la mano, cada uno. No llevo el conteo de cuantas copas tomé, pero sirvió para que ambos nos relajáramos. No decíamos mucho con palabras, pero nuestros cuerpos hablaban explícitamente, cada vez que nos acercábamos. El vino también logro que nos riéramos mucho, por supuesto. 


Estábamos riéndonos de una de las anécdotas de Sebastian, hasta que el silencio se apoderó de la situación. Ambos nos mirábamos fijamente, y nos quedamos así unos minutos. Sebastian, miró su reloj de muñeca, y se acercó a mi. (muy cerca, a decir verdad)


S: Creo que ya es hora, no? -dijo dejando su copa de vino en la barra- Decime que si, y yo comienzo a hacer té.


No pude evitar reír. ¿de que estaba hablando? ¿té? Definitivamente, el vino, le arrebató la cordura.


C: ¿hacer té? ¿a esta hora? ¿y después de todo el vino que tomamos?


Se acercó aún mas, y puso su mano en mi mejilla izquierda, corriendome el mechón de pelo que la cubría.


S: hacer-té reír, hacer-té feliz, hacer-té el amor...


Y me besó. Me besó con delicadeza, y profundidad. Me beso como nunca, me beso como si fuera a desgarrarme, beso a beso. Me besaba, como si fuera a robarme, cada uno de esos besos que se encontraban dormidos en mí. Y yo correspondí a ese beso. 



  Relata Sebastian.

Nos besabamos desesperados, la delicadeza se había ido, dando paso a la fuerza, a la desesperación, al deshojo. La había deseado tanto tiempo, que sentía que por fin el premio mayor era mío. Ella estaba ahí, conmigo, y esperaba que se quedara toda la noche. Nuestra noche. No sé muy bien cuanto tiempo estuvimos así, pero fue uno de los momentos mas hermosos que había vivido hasta el momento, y sabía que se venía a mejor parte.



Relata Carina.

Dejamos de besarnos, nos separamos para mirarnos, y ambos sonreímos. Sebastian llevó su mano al bolsillo trasero de mi pantalón, y tomó mi celular. 

S: Esta vez, sin celulares, por favor. Ya apagué el mío, ahora toca el tuyo.


Lo besé, estaba vez fui yo quien se arrimó. Fui yo, quien lo deseaba, fui yo quien moría por un beso suyo. Moría, por que destruyera dulcemente, cada parte de mis labios. Moría por él.


                                                                  

Relata Sebastian.

Corté el beso, la mira a los ojos, y susurré:

S: si es como dicen, y nada es para siempre, quiero un ''ahora'' con vos...

Me respondió con un suave beso en los labios. Ambos sabíamos lo que se venía, sabíamos que seguía la mejor parte.



Relata Carina.

                          
Nos dirigimos a su habitación, sin dejar de besarnos, y en el camino, desapareció mi camisa y la de sebastian. Cada uno de sus besos, encendía mi cuerpo, me producía una electricidad, que me recorrida de la cabeza a los pies. Me besaba el cuello, dejando cicatrices eternas: sonrisas sinceras, sonrisas que nunca había visto en mi. Me rozaba la espalda, como si fuera a darme vida, después de la muerte. Llegamos a la habitación, y nos caimos en la cama. Quedé sobre él, y pude disfrutarlo un momento.

                                Relata Sebastian.


Carina me besaba, como nunca. El poder sentirla sobre mi, producía en mi un éxtasis inexplicable. Me besaba, jugaba con mi pelo, acariciaba mi torso. Era como si sus manos, fueran brasas encendidas, que al apoyarse en mi cuerpo, quemaran. Quemaban de una manera exquisitamente hermosa.


                                  Relata Carina.


Nos desvestimos, pero no nos sentíamos desnudos. Nos desvestimos de todas las formas posibles. Nos desvestimos de la ropa, del pudor, pero no del placer. Nos acariciábamos, nos besabamos, nos tocabamos. Nuestros cuerpos se hicieron caricias, gemidos y hasta gritos. Me besó, cada uno de los lunares del cuerpo, y yo no podía evitar, dejar salir de mi garganta, sonidos que nadie jamas habia escuchado. Me sentia inmensa, eterna, feliz.


Luego, un instante se hizo vida, y pude sentir un placer que se extendía a todo mi cuerpo. Sebastian me embistió con fuerza, pasión y amor. Ambos nos alcanzamos solos, y nos hicimos uno. Sebastian me hizo morir unos segundos, para luego dejarme revivir en su pecho.



Relata Sebastian.

Ambos, con la respiración entrecortada y totalmente exhaustos, nos dejamos descansar en la cama. Ella junto a mi pecho, con sus manos aferrándose a mis hombros, mis manos acariciando su pelo, y nuestros corazones latiendo a mil. Nuestras respiraciones se iban calmando, y por momentos se ahogaban en un vaivén. El olor a deseo, se podía sentir en cada parte de la habitación. Si la ropa era innecesaria, las sábanas también. El calor de nuestros cuerpos bastaba.

Relata Carina.

Fue mucho mas que sexo, fue unirnos, fue comprobar que lo que nos unía era mucho mas que una atracción. Fue placer. No hicimos el amor....el amor, nos hizo a nosotros.



"Contigo me siento infinita, eterna, contigo no hay miedo, no hay dudas. Contigo corazón, cada suspiro es un acto puro de amor. Contigo recuerdo quien soy, a donde voy, de donde vengo. Contigo amor, siempre hay viento y lluvia de este lado. Contigo amor, mi boca recuerda como reír, mis mejillas como ruborizarse. Contigo amor no hace falta tener los ojos abiertos, a ti te miro mejor cuando los tengo cerrados, contigo los insomnios son poesía y la melancolía un chiste. Contigo amor las horas no son horas, son siglos, contigo amor los siglos son segundos si vivo en tus labios. Contigo amor las galaxias toman forma y las estrellas viven en tu piel. Contigo amor soy yo explotando una y otra vez y viviendo a cada pulsación, latido a latido. Contigo amor estoy tan perdida, tan completa, tan única. Contigo amor...contigo." - MRA.


lunes, 15 de julio de 2013

Capitulo 10: ''Sin ataduras al pasado''

Relata Sebastian.

Los días pasaron bastante rápido. El martes se convirtió en miércoles, el miércoles en jueves, y el jueves en viernes. En cierta parte eso jugó a mi favor, ya que luego de la charla de ''emails'' a media noche, con Carina, la invité a cenar el sábado a casa, y ella quedó en confirmarme si venía. Por primera vez pude conocer sus miedos, y aunque no estoy seguro de cuales fueran, debo aceptar que me sorprendió verla tan humana. Siempre se muestra tan fría e inalcanzable, que no pareció como si fuera ella con la que hablaba. Aunque un poco sí, porque sé que es tan orgullosa, que no se animaría a expresarme sus miedos en la cara. Pero sé que tiene miedos, al igual que yo. Yo también los tengo. Desde chico me enseñaron a ir por lo que quería, y siempre lo hice. Solo en este momento, me pregunto : ''¿y si lo que quiero no me quiere a mi?'' 

Mas de una vez escuché a Carina hablar de Pablo, el padre de Manuel, y a pesar de que ella está separa hace un tiempo, siempre noto ese ''brillo'' que se enciende en sus ojos cada vez que lo nombra. Ojalá algún día, alguien me recordara de la misma manera. Puedo descubrir mediante ese brillo en sus ojos, que el amor que le tenía era inmenso. Tal vez sus miedos vengan por ese lado....a decir verdad, son los míos los que vienen por ese lado. ¿que tal si nunca llega a querer a alguien así? No, me corrijo: ¿que tal si nunca llega a quererme así? Tal vez, sea un error intentar ''conquistarla''. Pero el problema con los errores, es que incluso cuando sabemos que algo podría ser un error, lo cometes de todas formas....

Relata Carina.

Era viernes por la tarde (15hs) y yo me encontraba en mi casa, conectándome con mi mundo, tranquila, luego de un larga día de grabación. Acababa de dejar a Manu en natación, y luego Pablo lo pasaría a buscar para el fin de semana padre e hijo. Estaba tan cansada, que me dispuse a dormir una siesta, así que me pegué un baño y me recosté. 

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SUEÑO RELATADO POR CARINA: Me encuentro en una habitación, la cual no logro reconocer hasta ver el marco de la mesa de luz....estoy en mi habitación. Veo a una mujer llorando sentada en la cama y un hombre parado, quien no llora, pero desea hacerlo. Sus ojos lo delatan. El hombre no deja de repetir ''perdón, perdóname...no sos vos, soy yo'' y la mujer solo llora. No deja de llorar, hasta que atina a decir solo una cosa: ''...pero yo te amo'' Solo en ese momento logro reconocer su voz, su pelo suelto y su angustia....soy yo.
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Inmediatamente me despierto, toda transpirada, pienso si mi sueño era solo una triste ilusión o un triste recuerdo. Y me doy cuenta lo que soñé. Soñé con esa noche, donde mis miedos me atormentaron completamente, donde todo se volvió oscuro y donde la luz de mi túnel se apagó. Como por impulso, abro el cajón de mi mesa de luz y tomo una carta. Una carta que escribí, y nunca logré enviar, por mis miedos. Me senté en el piso, y comencé a leerla:

''Salgo a la calle, y veo parejas de ancianos que aun siguen juntos, y no entiendo qué nos pasó. Hasta que recuerdo, que la felicidad suele ser mas generosa con los demás. Puede que este sea el final. Puede que esta sea la última vez que toquemos el tema, y no quería quedarme sin decirte algunas cosas. Ya pasó un mes, pero aun no olvido esa ultima noche y temo llevarla grabada en mi...para siempre. Perdón. Perdón por querer hablarte constantemente, perdón por creer que esto tiene vuelta atrás, perdón por ponerme triste todas las noches, desde esa noche. Perdón por querer poner argumentos, porque a pesar de mis estúpidos 'peros' se que cuando algo se rompe, no puede volver a arreglarse. Perdón si tu no tienes ganas de hablarme, cuando yo si tengo ganas de que hablemos. Perdón por ser tan insistente con este tema, pero vos sabes que este último tiempo no fue muy fácil para mi. Es como si una parte de mi se hubiera ido esa noche, y me jurara no volver nunca mas. Perdón si me vuelvo molesta con esta carta, pero quiero que sepas que esta soy yo, extrañándote mucho. Extrañando esos momentos donde eramos una familia. Si, sé que aun lo somos, pero vos sabes que nada va a volver a ser lo mismo. Soy yo, extrañando estar entre tus brazos, como antes. Extrañando que me abraces y me digas que todo pasará. Porque muy dentro mío sé que esto tal vez, no pase nunca. Prometo que esta será la última vez que te hable del tema, solo quería decirte que soy terca, impredecible, temerosa, tonta, y tengo muchos defectos mas. Quería decirte que sé que lo nuestro esta terminado, pero también quiero recordarte que voy a ser esa persona que te ame cada uno de sus días, hasta la eternidad. Al final, equivocarse es humano, pero seguir queriéndote después de tantos errores, eso...es amor. Y cuando amarte se vuelve un hábito diario, no es fácil pararlo de un día para el otro. Pero vos una vez me dijiste que soy una mujer fuerte, y que podría salir hasta del mas profundo de los dolores. Yo no encuentro mejor remedio que la distancia. Así que, cuando no duela escucharte, cuando no duela leerte, cuando me deje de extrañar entre tus brazos, cuando la música deje de recordarme a vos y cuando yo te haya olvidado, hablamos. Adiós, Pablo, estoy segura de que en otra vida volvamos a amarnos, porque el amor es dolor y aún te sigo amando.''

Terminé de leerla, y los recuerdos de esa noche llegaron a mi mente. 

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Carina recuerda: 

C: pero por que, pablo, por qué? -una terrible angustia me presionaba el pecho, y se notaba ya en mis sollozos, que en cualquier momento saldría. Mi mundo, el castillo que tanto tiempo me había llevado construir, se estaba cayendo a pedazos, y yo no podía hacer nada, tan solo mirar, como cada parte de mi se caía con él.

P: No hay un por qué, Carina, simplemente ya no es lo mismo. - me mira, casí suplicante - Vos sabes...pasó tanto tiempo. Las cosas se ponen mas difíciles día a día. Perdoname, no sos vos, soy yo.

C: pero....pero....yo te amo. -Se habían acabado mis argumentos, ya no tenía defensa, mas que la verdad. - Vamos a salir de esta, juntos mi amor, juntos, pero por favor, no me dejes. Por favor...- Yo misma, estaba auto-convenciéndome de que todo estaría bien. Patético, lo sé. Pero en ese momento, ¿que podía hacer? no podía dejar que una ''crisis'' me arrebatara al hombre de mi vida.

P:  dale, por favor, no me la hagas mas difícil. 

Un ''yo también ' me hubiera dado esperanzas de que tal vez no todo estaba perdido, me hubiera dado fuerzas para seguir luchando. Pero no, no hubo un ''yo también ' esa noche. Él la hizo fácil  Tomó su bolso y se fue, dejándome en esa habitación  completamente sola. Lo último que logro recordar, es el sonido de la puerta cerrándose y el llanto de Manuel, que solamente tenía un añito y se encontraba en la cuna. 
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Relata Anabel (si, Anabel)

Estaba llegando a la casa de Carina, con intenciones muy claras. Quería saber cual era el motivo de sus miedos. La conozco hace años, y se que hay algo detras de tanto miedo. Hay algo mas, algo que no logro entender. Toqué la puerta, y me abrió ella. Tenía los ojos llorosos de tanto llorar, y todo lo que hizo fue abrazarme. Me abrazó mas fuerte que nunca, lloró desconsoladamente, y solo repetía: ''Esa noche, Ana, esa noche no se va, no la olvido.'' Una palabra se me vino a la mente, y luego entendí todo: Pablo. 

Relata Carina.

Anabel pasó, me sentó en el sillón del living y me trajo un vaso de agua. Yo ya había logrado calmarme un poco, así que le dije que se sentara y le conté lo que había pasado, con lujo de detalles. Anabel me pidió leer la carta, y se la entregué. Cuando terminó de leerla, se quedó en silencio, pensando un rato. Hasta que habló.

A: Dale, largá. Que es eso que te tragaste tanto tiempo y necesitas decirme?

Reuní mis fuerzas, y me mordí la lengua lo mas que pude, pero no fue suficiente. Grité, y se lo dije todo.

C: ¡Me dijo que no podía vivir sin mi, pero con el tiempo lo hizo, Ana! ¿Entendes? Lo hizo. Me mintió Ana, me mintió. Todos esos años que pasamos, al reverendo pedo. Porque el vino una noche y mando todos esos años al carajo. ¿Que podía hacer yo? NADA, PUDE HACER, NADA. La hizo tan fácil....todo en esa maldita noche, que vuelve para atormentarme cada vez que quiero hacer algo. Esa noche que vuelve para recordarme que soy frágil, y que las personas me pueden usar y largar cuando se les canta....y que me puedo quedar sola, una vez mas.

Respiré. Por fin había largado todo eso que me había guardado.

A: TAN difícil era largar eso de una vez?

Suspiré. Ni se imagina. Y comencé a pensar, qué era lo que yo realmente extrañaba de esos tiempos.

C: Igual yo....- me callé.
A: Igual vos que...?

No quería decirlo.

A: vamos, Carina, decilo. No te lo guardes, no una vez mas...
C: Que la carta me sirvió para saber que yo, realmente, no lo extrañaba a Pablo.
A: como es eso?
C: Claro, yo no lo extrañaba a él. Yo me extrañaba a mí, antes de él. No extrañaba ni sus besos, ni sus abrazos, sino que extrañaba no necesitarlos. No extrañaba tenerlo a mi lado, extrañaba poder vivir sin él. No necesitaba olvidarlo, necesitaba recordar como era yo antes de conocerlo. Habíamos estado tanto tiempo juntos, que yo no recordaba como era mi vida, sin él. No lo extraño a él....me extraño a mí.

Anabel suspiró.

A: No queda otro remedio, entonces...
C: que remedio?
A: Dejalo ir, Carina, dejalo ir de una vez por todas, y comenzá a recordarte a vos, sin él.

Eso hice. Esa misma tarde, luego de que Ana se fue, llamé a Pablo, para pedirle por favor que pasar por casa, antes de ir a buscar a Manu a natación. 

Pasó una media hora, y tocaron a la puerta. Sabía que era él, así que fui a abrirle y lo hice pasar al living. 

C: Te queres sentar?
P: no, gracias. Estoy bien así.
C: bueno, esperame acá. Hay algo que quiero darte. 

Fui en busca de la carta, y la traje. 

C: *extendí mi mano, y se la dí. Él atinó a leerla, pero le pedí que no lo hiciera.* No, no la leas ahora, por favor. Me moriría de vergüenza ...hacelo cuando estés solo. Es de hace un tiempo, bueno, cuando la leas te vas a dar cuenta. No tiene mucho que ver con cómo me siento ahora, pero....-estaba muy nerviosa, hace años que no tocamos el tema de esa noche, y no sabía como reaccionaria.- pero, necesitaba que la tuvieras. Por diferentes razones o  miedos, no te la di en ese momento. 

P:  Y cuales son tus motivos para darmela ahora?

C: Es que...bueno, necesito hacerlo. Conocí a alguien, y la verdad es que me gustaría empezar algo con él. Pero algo aún me ata a vos, y necesito soltarte y soltarme a mi, también. Necesito terminar con todo esto, y vos y yo sabemos que nunca lo hablamos bien. Necesito que ''esa'' noche sea solo un recuerdo del pasado, y no algo que venga a atormentarme cada vez que me propongo arrancar algo.

P: Bueno, la verdad yo también necesitaba hablar de esto con vos.

Ese ''yo tambien'' que no se dijo en su momento, logró tranquilizarme. Me di cuenta que mi lucha, también era su lucha y que no estaba sola, sino que él recorría el mismo camino. 

P: Sos una gran mujer, y mereces un hombre que te ame como realmente, yo no supe hacerlo. Siempre te voy a llevar en mi, y siempre vas a ser la mujer de mi vida. Me diste lo mejor que una persona podía haberme dado: me diste a Manu, y eso te lo voy a agradecer toda la vida. Sos libre, ahora. Sé feliz.

Antes de irse, me abrazó fuerte y me susurró un ''te amo''. Sabía que ese no era un adiós, que nos volveríamos a ver, pero fue un abrazo que logró desprenderme de todo lo que me atormentaba, y logró desatarme de ese pasado que volvía para acabar conmigo. Ese abrazo era mi pasaje para una nueva historia. Una historia sin miedos, ni nada nada que pudiera acobardarme. 

Cuando Pablo se fue, empecé a recordar todos los mejores momentos de mi vida. Momentos que quería repetir. Y me di cuenta, que en los mejores momentos de mi vida, estaba acompañada, siempre, por alguien. Siempre alguien disfrutaba de esa pequeña felicidad conmigo, ya sean amigos, familiares, etc. Eso sirvió para que tomara el teléfono  y con mas seguridad que nunca, le confirmara a Sebastián que mañana iría a cenar con él. Estaba realmente feliz, sentía que por primera vez, me había liberado de esa mochila que no me permitía llegar hacia el otro lado. Algunas personas pueden vivir mas de 100 años y realmente no vivr ni un minuto. Y yo, en ese momento, me sentía realmente viva.


''Todos morimos de amor, queriendo o sin quererlo. Morir, no es perder la vida. Morir, es perder el tiempo.'' -José Bergamin.